y tu aliento derritió la escarcha de los campos congelados hacía siglos. Todo se volvió verde al fín.

Abrí el cajón de los recuerdos,
revolví entre las viejas nostalgias, alegrías y pérdidas.
Removí el polvo de la memoria
para chocar de frente con tu desdibujada silueta.
Pero sólo encontré vacío...

si no me resulta nada será por algo (?)

Quizás

Y quizás estas son las últimas huellas que voy dejando, estas las últimas lágrimas que se aprontan a caer a ESTE suelo que dentro de poco dejará de ser MI suelo, estos los últimos momentos que escucharé cantar de aves y risas de niños en armonía perfecta.

¿Y qué me llevo?  Es que entre risas, juegos, cantos y algunos malos ratos se va yendo parte de mi vida, una etapa maravillosa que evocaré en el futuro, en cada risa, cada momento vivido. Es eso lo que me llevo, recuerdos, abrazos como el que hoy obsequié a un personaje de cotona blanca o a una niña que a veces se confunde con pajarito, recordaré la forma en que cada una de esas personas se grabaron en mi pecho. Recordaré con alegría esos momentos.

Así pintaré de colores los abismos del alma, sabiendo que alondras, canarios, colibríes y ruiseñores, existen y danzan revoloteando alborotados en mi ser, y debes en cuando dejaré libre a uno para que dance en el alma de un niño y allí anide.

Y quizás esta sea la última lágrima que cae en ESTE suelo, porque de hoy en más sólo serán alegrías que alimentarán a las flores.